miércoles, 31 de diciembre de 2008

Una verdadera matrona romana


Cornelia Africana (180 a.C-110 A,C), esposa del militar y consúl Tiberio Sempronio Graco e hija del celebérrimo general Publio Cornelio Escipión el Africano, ha pasado a la historia como Madre de los Gracos, ya que dio a luz a los que llegarían a ser los políticos populares más importantes del siglo II a.C: Tiberio y Cayo. Fue una mujer culta e inteligente, de la que el escritor Plutarco destaca en su obra Vidas paralelas su saber estar y su hospitalidad. Firme defensora de la cultura helenística en Roma, a su alrededor se formo una camarilla de hombres cultos y literatos.

Pero ante todo fue una madre, que se dedicó en cuerpo y alma, a la crianza de sus hijos ofreciéndoles una esmerada educación dirigida por el preceptor y filósofo estoico Blosio de Cumas y por los cuales rechazo una oferta de matrimonio del mismísimo rey de Egipto, Ptolomeo VIII Evérgetes.Una anécdota nos da cuenta de esta actitud maternal. Un día, en el curso de un banquete ofrecido en su villa, sus invitados le reprocharon que no luciera sus valiosas joyas. Ella (en la imagen sentado rodeada de sus hijos), muy pizpireta, fue en busca de sus hijos (en total, tendría unos 12), y los presentó a los asistentes al ágape diciendo: "Aquí tenéis a mis mejores joyas".

*La imagen que ilustra esta entrada pertenece al cuadro pintado por neoclasicista francés Noël Hallé titulado "Cornelia, madre de los Gracos".

martes, 30 de diciembre de 2008

Un fino olfato y algo de ironía


El emperador romano Aulo Vitelio (15 d.C-65 d.C, a la izquierda) alcanzó el poder mediante la puñalada en la espalda de otros contrincantes en los turbulentos tiempos conocidos como año de los cuatro emperadores. Con la ayuda del general Otón asesinó a Galba -quien le había encomendado la gobernación de la provincia de Germania- para obtener el imperio. Después levantó sus tropas contra las de Otón, su otro rival en el trono. Ambos ejércitos se encontraron en la Batalla de Bedriacum, donde Otón cayó muerto. Cuenta el historiador Suetonio en Las vidas de los doce césares el humor macabro que se gastaba Vitelio. Después de la batalla, el emperador se dirigió al lugar donde había fallecido su enemigo, se inclinó junto a su cuerpo y lo olió con complacencia, exclamando ante la mirada atónita de sus soldados: <<El cadáver de un enemigo siempre huele bien, y mejor aun si es un conciudadano>>.

Conseguir un imperio por tres meses de gestación

La emperatriz romana Livia Drusilla (57 a. C-29 a.C, imagen superior) dio a luz a Druso el Mayor, el futuro padre del emperador Claudio, a los tres meses de su boda con Augusto. Como se dice coloquialmente en España se casó de penalty. Puesto que Livia se acababa de divorciar de su primer marido y primo suyo Tiberio Claudio Nerón, quien se la ofreció a un locamente enamoradizo Augusto a cambio de que se olvidara su apoyo al entoces defenestrado Marco Antonio, era evidente que o bien el pequeño no era hijo del César o éste había mantenido relaciones adulteras con su madre. La afición de la plebe romana por el cotilleo y el morbo hicieron que en los días siguientes a la boda las paredes de Roma aparecieran maquilladas por pintadas y pasquines que proclamaban: <<Hay gente afortunada que solo precisa de tres meses para asegurarse la sucesión>>.

*La escultura de Livia pertenece a los fondos del M.A.N, adonde llegó de una excavación realizada en Paestum, localidad de la región italiana de la Campania, en 1860.

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